FICHA TÉCNICA
Título: Plens de vida
Autor: John Fante
Editorial: Edicions de 1984
Año de publicación: 2013
JOHN FANTE, EL REALISMO SUCIO Y SUS COLEGAS:
Charles Bukowski dijo que John Fante había sido un escritor
de referencia para él. Éste es uno de los motivos por el que he decidido escoger
esta novela. Podría haber sido cualquier otra de John Fante, pero me ha llamado
la atención al salir una mujer embarazada en la portada. Quería conocer a Fante
porque Bukowski dijo que es bueno, y si Bukowski dice que es bueno es que tiene que serlo.
Ambos escritores pertenecen a lo que se llamó realismo sucio,
un movimiento estadounidense entre los años sesenta y setenta que describe una
manera de relatar los hechos muy simple y economizada, sin florituras ni
excesivas descripciones. Además las historias son muy cotidianas y sin lugar a
heroicidades ni grandes gestas. El realismo
sucio quizá te suene por Chuck Palahniuk, el autor de la novela El club de la
lucha, de la que luego se hizo la famosa película protagonizada por Brad Pitt,
Edward Northon y Helena Bonham Carter.
Otros autores pertenecientes a este movimiento son Raymond
Carver, Richard Ford y Tobias Wolff.
Que sea un lenguaje directo y sencillo y que las escenas
sean de cosas comunes y vulgares, supone un gran atractivo para quien huye de
esas novelas de presuntuosa complejidad literaria y filosófica. Los personajes
suelen ser gente normal y corriente, con vidas más bien mediocres y sin
demasiada suerte.
El adjetivo sucio del movimiento hace referencia al lenguaje llano y sincero, entendiendo con ello que se cuentan las cosas sin ponerlas bonitas, a explicarlo todo “tal cual es”. Sería algo parecido a cuando la Velvet Underground empezaron a hablar de yonkis y putas en sus canciones, cuando nadie antes lo había hecho de esa manera tan clara y concisa. Lo mismo sucede con este realismo sucio. No te esperes que te hablen de lo hermoso que es despertarse por la mañana y ver el mar a través de la ventana, piensa más bien en que te digan "El culo es la cara del alma del sexo” (Bukowski, en Escritos de un viejo indecente). Hoy en día hay tantos escritores que relatan sus historias de una forma tan minimalista, con un contenido lleno cotidianeidad, y donde la aspereza es la norma principal de su estilo, que se podría englobar dentro del realismo sucio a millones de novelas contemporáneas. Sin embargo, en su momento escribir de esta manera fue muy innovador, igual que pasó con la citada Velvet Underground, y por eso todos los escritores que escribían así llamaron mucho la atención de la crítica y los lectores y se les enmarcó en esta corriente literaria.
Hay que aclarar que en esta novela de John Fante el realismo
sucio no es demasiado sucio. Me explico: sí que es verdad que hay una
simplicidad en las formas y que todo es muy cotidiano y común, pero no se
describen las cosas con una crudeza significativa. John Fante inspiró a
Bukowski, pero éste último exageró el aspecto sucio. En esta novela, nos
encontramos con un padre con tendencia a darle a la bebida y una mujer
embarazada con cambios repentinos de comportamiento. Dicho esto, el autor no hincha
estos rasgos para añadirle más amargura al texto. En otras palabras, prevalece
la sencillez a la suciedad. También hay que tener en cuenta también que es una
novela autobiográfica.
La acción transcurre en tres escenarios distintos:
-
En un pueblo llamado San Juan,
donde se encuentra la casa de los padres del protagonista. Los va a visitar
para contarles que tiene termitas en casa, y que necesita la ayuda de Nick, el padre, para repararla.
-
En el tren donde viajan padre e
hijo hacia su casa en Los Angeles
-
En la casa de Los Angeles, donde
el padre de John hace de todo menos ayudarle con las termitas y demás
reparaciones. Es donde finalmente acaba la novela.
Durante toda la novela podemos ver a un protagonista que (desde
su punto de vista) se ve avocado a una imposición emocional ejercida por su
pareja, Joyce, y sus padres, de la que le cuesta deshacerse. Lo hacen sentir
culpable y se comportan de manera pueril e inmadura, y a menudo parece que se
alíen entre ellos para hacerle sentir mal.
La relación con su pareja dista mucho de ser idílica y al
principio de la novela Fante parece no tener mucho tacto con ella. Luego vamos
viendo como a la mujer se le cruzan los cables constantemente y es él el que
intenta poner sentido común al asunto.
La relación con los padres no es mucho mejor que con su mujer, donde hay una gran falta de comunicación, que la vemos cuando Fante es incapaz de
decirle a su propio padre que no quiere construir un hogar sobre el terreno que
su padre le enseña emocionado.
Los padres son bastante pueblerinos y creen en
supersticiones varias. El padre la lía en el tren de camino a la casa de su
hijo, porque es muy chapado a la antigua (y todo un personaje) y no entiende
que los viajes en tren han cambiado, y hay unas normas a seguir, hecho que
genera situaciones tragicómicas, que avergüenzan un poco al pobre Fante.
Otro gran tema del libro es la religiosidad (católica) y las diferentes
formas de vivirla: su mujer, atea toda la vida, se ve inmersa de golpe (y Fante
sospecha que se debe a la alteración de las hormonas en el embarazo) en una
pasión religiosa que resulta chocante para todos. Este fervor contrasta
notablemente con la falta de motivación del protagonista, que hace años fue
católico y con los años de no ser practicante, ha ido perdiendo su fe. Para él resulta muy
frustrante, pues le gustaría ser más creyente y devoto para estar al mismo
nivel de su mujer, pero no puede serlo, es demasiado escéptico. Sin embargo,
cuando el bebé nace, esta fe le viene de golpe y se ve iluminado.
No hace falta decir que la maternidad ocupa un lugar
importante en la temática de la novela, aunque está vista desde el punto de
vista del marido, que sinceramente al final da bastante pena (desde luego, como
embarazada que estoy creo ser mejor que la neurótica Joyce..), aunque también
hay que comentar que él también es un poco torpe al ofrecerle bebidas
alcohólicas o decirle que se compre vestidos bonitos para verse más guapa, sólo
por poner algunos ejemplos.
En resumen, es una novela simpática llena de personajes excéntricos
pero creíbles por imperfectos, narrada de manera sencilla y con muchos
diálogos. Por ello no es una gran obra de arte ni lo pretende ser. Pese a su
sencillez, todo está bien estructurado y encajado. La gracia principal del
libro es que te parece decir que las cosas son como son, y que dentro de sus
defectos e incorrecciones, están bien así.
[1]
Suelo leer los libros en el idioma en el que me los encuentro en la biblioteca
(si entiendo ese idioma, claro está). En este caso estaba en catalán y su
traducción al castellano es Llenos de vida.
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